domingo, 12 de marzo de 2023

Suspensión

 Estado de suspensión. Suspensión de las funciones. Detenimiento. El fin definitivo. Enfrento un momento en el que tengo claro hacia dónde ir, pero no encuentro las fuerzas favorables para hacerlo. Soy presa de un choque de tensiones y mi voz se arrincona en las cavidades de cartílago. 

Suspensión como acción y efecto de suspender. Un acto de censura o corrección eclesiástica o gubernamental que priva el desarrollo del oficio en cuestión, así como del goce de los beneficios que otorga. Suspensión como conjunto de piezas y mecanismos que amortigua el peso de la caja de un vehículo sobre  las ruedas, suavizando el rodamiento. Suspensión también es la extensión de una nota sobre otra hasta causar disonancia, aplazamiento de un enunciado, deuda puesta entre paréntesis cuando se trata de los pagos, permanencia de un sólido en un fluido sin disolverse, mezcla heterogénea. La suspensión puede convertirse en una condena, una reprimenda.

La suspensión es mi forma de existencia. Suspendo todo y me suspendo entre promesas y palabras. Estoy suspendida de la vida y pongo mis acciones entre paréntesis. 


 

lunes, 12 de octubre de 2020

Trizadura

Me encuentro esta palabra en la voz de Zambra hablando de Ribeyro y las paredes de mi habitación se hunden sin quebrarse del todo bajo el influjo de los Andes y los compases de las cuencas. De repente los aires chilenos se condensan en las grietas hasta convertirse en palabras nuevas, nombres solo posibles en una lengua que evocan la semejanza cromática entre Santiago y París. Dice Manuel Salas Lavaqui, secretario de la Academia chilena de la lengua, este provincialismo se emparenta con el verbo flêner, que expresa la idea de una superficie que se hiere finamente sin que sus partes se separen. A diferencia de hender,  vocablo según el cual las partes devienen en pedazos que caen en algún momento, "una copa trizada no deja escapar una gota del líquido que, como una ampolleta trizada mantiene en el interior su vacío sin que se le introduzca el más leve fluido". Trizadura de la ilusión de lo que creí ser, en la que me distorsiono cada mañana cuando a pesar de reconocerme como pura Tabula rasa termino repitiendo el rosario de inhibiciones por las que me acuesto llorando cada noche. Trizadura de esta misión prometeica de renacer en la oscuridad para ser devorada inevitablemente con el resplandor del día, por las fauces de una ave monstruosa en la cual me reconozco justo antes de desfallecer en el crepúsculo.

martes, 8 de octubre de 2019

Porfiar

Una voz violenta y regular, golpe metódico de la marea sobre la costa, trae a mis oídos esta palabra, que no recuerdo haber leído pero que hace parte del vocabulario de grandes amigos. Me sorprende darme cuenta de su ausencia en el mío. Dice el diccionario de porfiar es un verbo intransitivo, acaso intransigente, destinado a designar el acto de disputar obstinadamente y con tenacidad, continuando insistentemente una acción para cuyo logro se halla resistencia. Como en el amor, la amistad o la guerra porfiar señala un destino perverso, capaz de los peores niveles de persistencia a pesar de saber que no hay manera. Porfiar es el verbo de los ilusos y los tercos, de los que se estrellan una y otra vez en el acantilado soñando con el día en que se destrocen las piedras y sus olas puedan conquistar el horizonte.

jueves, 30 de mayo de 2019

Morigerar

Un enigma susurrante, un ronroneo, una promesa. Morigerar vino del latín hasta mi, usando el vehículo de mi lengua para enseñarme el arte de templar o moderar los excesos de los afectos y las emociones. Imagino a un Séneca contemplando el atardecer romano, humedeciendo con precisión sus palabras y su pluma, en un acto que parece un embeleso. Como Aristóteles, como Pío, como otros tantos personajes y pensadores, reposa el vino cuidadosamente, teniendo la eternidad al servicio de sus manos.

lunes, 1 de mayo de 2017

Orbitar

Cuando moverse adquirió el triple estatuto de imperativo, deseo y peligro, orbitar siguió siendo una alienación subversiva, un elogio a la lentitud, un guiño a la eternidad. Si bien se define como el efecto de la acción de un cuerpo sobre otro, su universo semántico va más allá de la concepción progresista y capitalista de las sociedades industriales; es hija de la revolución científica, pero la trasciende. Yo me enamoré de ella -aunque su ascendencia verbal me indicara sufijo masculino- imaginando a la perra Laika lamer suavemente las aristas curvas de un planeta incomprendido, ese cuya fuerza gravitacional puso a girar al Sputnik a su alrededor. Todavía veo la huella del planeta azul en los ojos de la perra y a ella rodando por las paredes de mis ojos, con la mirada fija en el pasado, en la mente. Orbitar entonces se volvió un viaje mítico, una conexión extraordinaria con la inmensidad y la intensidad del universo, una trayectoria capaz de extenderse al interior del átomo o al exterior del todo.
La influencia del espectáculo terminó por capturar el sentido de la órbita, que de ahí en más fué sinónimo de información de actualidad, de tendencia. Estar y poner en órbita dejó de ser una ceremonia para convertirse en un fenómeno instantáneo, un deseo inconsciente de hacer parte de algo, la recreación del guión de la popularidad. Finalmente, con el estancamiento de la conquista del espacio, orbitar cedió su espacio a vocablos más acordes con la obsesión y la física, diluyéndose en la memoria de quienes escuchan en su pecho el pulso del big bang. Mientras algunos seguimos esperando a Laika, otros simplemente disfrutan del placer de estar en la cresta de la ola.